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miércoles, 10 de octubre de 2012

El Avance de la química en la tecnología de Los Laboratorios


La tecnología al servicio de la química

Los avances tecnológicos y las facilidades que aportan los nuevos aparatos electrónicos aportan, cada vez más, nuevas vías de progreso en la industria química, aunque también es cierto que, por el momento, no desbancan a los materiales básicos que un laboratorio químico debe tener en sus mesas y armarios. Sofisticados medidores digitales y balanzas de precisión conviven con probetas de vidrio y pipetas, imprescindibles para manipular los elementos.
Los laboratorios son el germen de la industria química española, un sector que aglutina a más de 3.500 empresas, con una facturación anual de 51.000 millones de euros, y que genera el 10% del Producto Interior Bruto. La Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique) además asegura que este sector es el segundo mayor exportador de la economía española, y el primer inversor en I+D+i y protección del medio ambiente. De ahí la importancia de la investigación que se lleva a cabo en los laboratorios y la aplicación de los avances tecnológicos a las técnicas y materiales habituales de manipulación y tratamiento de productos químicos, aplicables a diferentes industrias.
De una manera más concreta, el trabajo en un laboratorio comienza por conocer desde el mínimo elemento, como unas pinzas, hasta las últimas novedades del mercado en microscopios. Pero como dice el profesor, Jaime Ruíz, a un laboratorio no se puede entrar sin una bata, unas gafas de protección, un rotulador de vidrio, calculadora y una libreta para anotaciones. Tras esta recomendación, la lista de elementos a conocer en un espacio de tratamiento de productos químicos es bastante extensa y cada vez más, debido a las mejoras de materiales, como el vidrio, que perfecciona sus condiciones para resistir los cambios bruscos de temperatura.
Así este material fungible se divide en dos tipos de vidrio de uso convencional y otros con características específicas para casos concretos. Matraces, pipetas, vasos de precipitado, buretas y las probetas son algunos elementos de laboratorio que son esenciales al ser, de momento, insustituibles ya que son los que miden y transportan los compuestos. De la durabilidad, fiabilidad y correcta calibración del vidrio de estos materiales depende en parte la concisión en los estudios. Por ejemplo, el vidrio de borosilicato es duro, muy resistente al choque térmico, y a la corrosión alcalina y libre de metales pesados. Se emplea fundamentalmente cuando se van a efectuar cambios puntuales de temperatura. Por eso tiene un punto de fusión alto, de entre 750 y 1.100 °C. En cambio, el vidrio de cal sodada tiene un punto de fusión más bajo y puede desprender minerales, por lo que hay que manejarlo con cierta precaución, explica Ruíz. Existen otros vidrios como el libre de boro o de alto contenido en sílice con propiedades particulares válidas para diferentes tratamientos menos comunes. O el vidrio esmerilado normalizado muy utilizado en refrigerantes.
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De la durabilidad, fiabilidad y correcta calibración del vidrio depende en parte la concisión en los estudios.
Un elemento que se mantiene entre los primeros de la lista es el mechero Bunsen. Esencialmente consta de un tubo, llamado cañón, a cuya base llega la entrada de gas a través de un pequeño orificio. En esta zona existen unas aberturas, regulables mediante la virola, que permiten la entrada del aire al tubo. La expansión del gas a través del pequeño orificio succiona el aire exterior y así se produce una mezcla gas-oxígeno que asciende por el cañón hasta la boca del mismo que es donde se produce la llama. La llama cambiará de color dependiendo de la temperatura.

Evolución tecnológica

Espectrofotómetros, colorímetros, balanzas, centrífugas, baños, agitadores y, por supuesto, microscopios son algunos de los aparatos más utilizados en un laboratorio y que la tecnología ha permitido avanzar hasta conseguir que las mediciones, pesados y calibraciones sean precisas y procesables en ordenadores que calculan las variaciones y errores de cálculo invisibles al ojo humano. El microscopio es uno de los elementos de laboratorio que más ha evolucionado, mejorando la capacidad de aumentos y contrastes. Así encontramos el microscopio de fluorescencia trabaja con una luz ultravioleta que permite un mayor acercamiento a estructuras teñidas. Variantes de éste son los microscopios de campo oscuro, el microscopio confocal, el de luz ultravioleta simple y el de contraste de fase, que juegan con la longitud de onda para captar mejor las estructuras.
Respecto a los electrónicos, básicamente se dividen en dos tipos: de transmisión, con un cañón de electrones, lentes magnéticas, un sistema de vacío y una fuente de tungsteno. Con esto el aumento que consigue puede llegar hasta el millón. El otro es el microscopio de barrido. Tiene menor aumento que el de transmisión y permite una visión más clara de las estructuras en cuanto a textura, casi como si se tratara de tres dimensiones.
Los baños de ultrasonido con o sin calefacción y termostáticos analógicos o digitales son algunos de los imprescindibles, porque si tan importante es la seguridad en el manejo de los productos con elementos como los bornes, pinzas de Hoftman, Mohr o para cápsulas de porcelana o vidrio, la limpieza de todos los materiales es un paso obligatorio después de cada manipulación para evitar contaminaciones. Para asegurar la correcta esterilización y buen manejo de los elementos del laboratorio, los controles de calidad son claves para actuar conforme a las exigencias y las buenas maneras en el laboratorio, recogidas además en numerosas compilaciones de normas de seguridad e higiene a cumplir por los laboratorios del tipo que sean. Entre los elementos exigidos destacan los lavaojos, ya sean de PVC o de acero inoxidable.
Muchos de los aparatos que normalmente ya se utilizaban en un laboratorio han evolucionado y algunos que eran mecánicos han pasado a tener versiones digitales. Algunos ejemplos son el viscosímetro o el polarímetro, además de las balanzas analíticas y de precisión que llegan a medir una sensibilidad de 0,0001 gramos e incluso están dotadas de bluetooth y puerto USB.
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Los aparatos han evolucionado, pasando de sistemas mecánicos a versiones totalmente digitales.
Sin duda, la mejora de materiales convencionales como el plástico y el vidrio junto a los avances tecnológicos e informáticos aportan cada vez más calidad y seguridad al trabajo de laboratorio. Un trabajo que permite combinar las mediciones previas mediante la informática y llevarlas a la práctica con aparatos que aporten una mayor garantía de éxito.

La Quimica beneficia tu vida


La química beneficia tu vida
El protagonismo de la industria química en los avances científicos es silencioso pero resulta innegable. Áreas como la higiene, la salud, la alimentación, el confort del hogar o el transporte han experimentado grandes progresos como consecuencia del desarrollo y utilización de productos químicos.
A lo largo de la Historia, la humanidad ha luchado constantemente por sobrevivir y mejorar su calidad de vida. El devenir cotidiano, el día a día, es tan importante que afecta a la evolución de la longevidad. La esperanza de vida en los primeros siglos de nuestra era alcanzaba sólo los 25 años y a finales del siglo XIX, en muchos lugares, casi no superaba los 35.
Sin la Química, ahora la esperanza de vida prácticamente no superaría los 40 años. Son productos fruto de esta ciencia los que ayudan a curar enfermedades, a mejorar el rendimiento de las cosechas y a disponer de agua potable.
Hoy, en la Tierra habitan cerca 6.500 millones de personas con una calidad y una esperanza de vida superiores a las que disfrutaban las generaciones pasadas. En España, actualmente, la expectativa de vida ronda los 80 años. Esto ha sido posible gracias a la generalización de vacunas, antibióticos y muchos otros productos químicos
Soluciones eficaces
Y es que las aportaciones la Química, así, con mayúsculas, abarcan aspectos tan relevantes como la investigación farmacológica, la creación de materiales o el diseño de dispositivos del tamaño de una molécula. El sector químico aporta soluciones eficaces para ganar en confort y reducir el consumo energético en las viviendas y edificios. Por cada tonelada de CO2 generada en la producción de aislantes se ahorran 200 toneladas de emisiones. 
En el caso del transporte, el uso de polímeros ligeros en sustitución de materiales tradicionales en la fabricación de automóviles ha permitido rebajar el consumo de combustible por kilómetro recorrido, y por tanto las emisiones. De la misma forma, la inclusión de aditivos químicos en las nuevas gasolinas ha mejorado su eficiencia. De hecho, y principalmente gracias a los productos químicos, un coche actual emite una décima parte de los contaminantes que emitía en 1950.
El uso de aditivos, como los conservantes, permite mantener los alimentos. Una sola planta de fabricación de fibras sintéticas proporciona la misma materia prima que 12 millones de ovejas. Circuitos, chips -ya sean de silicio o arseniuro de galio-, cristales líquidos y baterías son de origen químico. Sin ellos no podría fabricarse ni un ordenador. Los soportes magnéticos, DVDs y CD-ROM, están fabricados con plásticos como el policarbonato, y las pantallas están recubiertas internamente por productos sensibles a la luz. También las carcasas, los teclados, el cableado y el ratón están hechos con polímeros. Así, un sinfín de productos más.
Por un entorno más limpio
La Química ha logrado que los hombres lleguen a disfrutar de un mayor bienestar. En un futuro próximo, la colaboración con otras disciplinas, como las Ciencias Ambientales, conseguirá avances en favor de un entorno más limpio. En pos de este objetivo, la industria química española aporta actualmente el 18% de los recursos que las empresas del país dedican a protección medioambiental. El sector lidera este capítulo con una cifra total de inversiones de casi 400 millones de euros. Se trabaja, por ejemplo, en el diseño de mejores catalizadores y de nuevos sistemas químicos de almacenamiento de energía que permitirán disponer de vehículos que solamente emitan vapor de agua.
La industria química española genera el 10% del Producto Industrial Bruto y más de 500.000 puestos de trabajo. El sector químico es el segundo mayor exportador del país, y el primer inversor en I+D+i y protección del medio ambiente, según la Federación Empresarial de la Industria Química Española (FEIQUE).
El sector gestiona, desde 1993, el Programa Compromiso de Progreso, cuya meta es mejorar de manera continua la protección del Medio Ambiente, la seguridad y la protección de la salud en las compañías químicas de acuerdo con los principios del desarrollo sostenible.
Compromiso de Progreso es la denominación española del programa internacional Responsible Care, el cual se aplica en 52 países de todo el mundo. La industria química es la única que dispone de un programa de estas características a escala mundial. 
Desde que se puso en marcha este programa, las emisiones contaminantes inherentes a los procesos de fabricación y combustión se han reducido un 56%. La causa principal de esta mejora reside en la utilización de tecnologías cada vez más limpias. Los gases de efecto invernadero han descendido un 18% desde 1999. 

martes, 9 de octubre de 2012

Historia de La Quimica & Avance


AVANCES DE LA QUÍMICA A TRAVES DE LA HISTORIA
QUÍMICA
Estudio de la composición, estructura y propiedades de las sustancias materiales, de sus interacciones y de los efectos producidos sobre ellas al añadir o extraer energía en cualquiera de sus formas. Desde los primeros tiempos, los seres humanos han observado la transformación de las sustancias —la carne cocinándose, la madera quemándose, el hielo derritiéndose— y han especulado sobre sus causas. Siguiendo la historia de esas observaciones y especulaciones, se puede reconstruir la evolución gradual de las ideas y conceptos que han culminado en la química moderna.

TECNOLOGÍA Y FILOSOFÍA EN LA ANTIGÜEDAD  
Los primeros procesos químicos conocidos fueron realizados por los artesanos de Mesopotamia, Egipto y China. Al principio, los forjadores de esas tierras trabajaban con metales nativos como el oro y el cobre, que a veces se encontraban en la naturaleza en estado puro, pero rápidamente aprendieron a fundir menas (principalmente los óxidos metálicos y los sulfuros) calentándolas con madera o carbón de leña para obtener los metales. El uso progresivo del cobre, bronce y hierro dio origen a los nombres que los arqueólogos han aplicado a las distintas eras. En esas culturas se inició también una tecnología química primitiva, conforme los tintoreros descubrían métodos para fijar los tintes en los distintos tipos de tejidos y los alfareros aprendían a preparar barnices y más tarde a fabricar vidrio.

FILOSOFÍA NATURAL GRIEGA  
Desde los tiempos de Tales de Mileto, unos 600 años a.C., los filósofos griegos empezaron a hacer especulaciones lógicas sobre el mundo físico, en lugar de confiar en los mitos para explicar los fenómenos. El mismo Tales pensaba que toda la materia procedía del agua, que podía solidificarse en tierra o evaporarse en aire. Sus sucesores ampliaron esta teoría en la idea de que el mundo estaba compuesto por cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego. Según Demócrito, esos elementos estaban compuestos por átomos, partículas diminutas que se movían en el vacío. Otros, especialmente Aristóteles, creían que los elementos formaban un medio continuo de materia y, por tanto, el vacío no podía existir. La idea atómica perdió terreno rápidamente, pero nunca fue completamente olvidada. Cuando fue revisada durante el renacimiento, formó la base de la teoría atómica moderna.
TEORÍA ATÓMICA
 En el siglo XVI, los experimentos descubrieron cómo crear un vacío, algo que Aristóteles había declarado imposible. Esto atrajo la atención sobre la antigua teoría de Demócrito, que había supuesto que los átomos se movían en un vacío. El filósofo y matemático francés René Descartes y sus seguidores desarrollaron una visión mecánica de la materia en la que el tamaño, la forma y el movimiento de las partículas diminutas explicaban todos los fenómenos observados. La mayoría de los iatroquímicos y filósofos naturales de la época suponían que los gases no tenían propiedades químicas, de aquí que su atención se centrara en su comportamiento físico. Comenzó a desarrollarse una teoría cinético-molecular de los gases. En esta dirección fueron notables los experimentos del químico físico británico Robert Boyle, cuyos estudios sobre el `muelle de aire' (elasticidad) condujeron a lo que se conoce como ley de Boyle, una generalización de la relación inversa entre la presión y el volumen de los gases.
FLOGISTO: TEORÍA Y EXPERIMENTO
 Mientras muchos filósofos naturales especulaban sobre las leyes matemáticas, los primeros químicos intentaban utilizar en el laboratorio las teorías químicas para explicar las reacciones reales que observaban. Los Yatroquímicos ponían especial atención en el azufre y en las teorías de Paracelso. En la segunda mitad del siglo XVII, el médico, economista y químico alemán Johann Joachim Becher construyó un sistema químico en torno a su principio. Becher anotó que cuando la materia orgánica ardía, parecía que un material volátil salía de la sustancia. Su discípulo Georg Ernst Stahl, hizo de éste el punto central de una teoría que sobrevivió en los círculos químicos durante casi un siglo.